Un mediador en la clase

Hoy quería hablar de un tema muy interesante que hemos tratado en grupos de trabajo. El asunto del que teníamos que hablar a propósito de un par de artículos de periódico en realidad estaba dividido en tres apartados distintos. El primero, que es el que hemos comentado en clase, era la necesidad de que las familias estuviesen más implicadas en la educación de sus hijos. El segundo estaba relacionado con la enseñanza de asignaturas de humanidades a los estudiantes de ciencias. Como ni mi grupo (formado por gente muy maja que había estudiado humanidades), ni yo queremos iniciar la tercera guerra mundial, hemos decidido hacer un pacto de silencio en relación con este punto. Así que, en esta entrada me queda hablar del tercer tema: los alumnos moderadores.


De acuerdo con el artículo que hemos leído, un alumno moderador es alguien que se ofrece a resolver los conflictos de cualquier tipo que se puedan dar entre sus compañeros. En principio esta idea puede parecer buena. Si un chico se siente acosado por otro alumno, pero no quiere hablar con un profesor directamente, puede hablar con el moderador de la clase en total confianza, y será él el que se encargue de resolver el conflicto con mayor o menor discrección. Pero claro... ¿está un niño de doce años capacitado para ser moderador?

En el artículo aparecía el ejemplo de un chico que insultaba a otro. La solución propuesta por el alumno moderador fue hacerles firmar un pacto por el que prometían volver a ser amigos. Además, entrarían en un periodo de vigilancia durante varios días para que ese comportamiento no volviese a ocurrir. Ahora sí, en el periódico no se especificaba como se iba a llevar a cabo este periodo de prueba y qué medidas se tomarían en caso de que los insultos volviesen a aparecer. Sin embargo, dejando esto aparte, en el grupo nos planteamos la posibilidad de que este tipo de 'castigo' pudiera traducirse en cierto rechazo por parte del resto de la clase hacia el alumno moderador, que podría pasar a ser conocido como el 'preferido de los profesores' o un 'chivato'.



Estos alumnos moderadores aceptan una responsabilidad bastante grande, ya que tienen que saber cómo reaccionar a situaciones para las que pueden no estar preparados. ¿Qué pasa si el que se ha metido en líos es su mejor amigo? ¿Van a ser capaces de imponerse a la otra persona para decirle que eso que han hecho está mal? ¿Y si se les sube a la cabeza y empiezan a actuar como policías de clase en lugar de como moderadores? Quizás sería necesario un programa de contenidos especiales que les indicase cómo actuar en cada situación. Aunque aun así seguiríamos teniendo el problema de quién puede ser alumno moderador. ¿Lo elige el profesor? ¿Se elige entre los alumnos como si fuese el delegado de la clase? Recordando a los compañeros que eran elegidos delegados durante mi etapa en el instituto, espero que no se les ocurra hacer algo así.



Sin embargo, es cierto que siempre resulta mucho más fácil comentar nuestros problemas a una persona que se mueve en nuestro mismo ámbito. Por eso, para un alumno de secundaria puede parecer mucho más lógico y menos avergonzante contar su conflicto a otro alumno en el que más o menos pueden encontrar a un igual. Vamos, que no hay que ofenderse porque crean que no van a encontrar apoyo y comprensión en la profesora de inglés...

Bueno, por todo esto, al final llegamos a la conclusión de que "alumnos moderadores, sí, pero con tres condiciones":

  1. Solo deberían poder ser moderadores los alumnos de cursos superiores. Se entiende que estos tienen la necesaria madurez como para enfrentarse a los problemas de sus compañeros y saber resolverlos. 
  2. Los alumnos moderadores deberían estar siempre bajo la tutela de un profesor (a ser posible alguien especializado en el tema), que sepa identificar la gravedad de los problemas y tomar las medidas de intervención que crea oportunas en cada caso. 
  3. Los alummos moderadores no deberían participar en los conflictos que surjan dentro de su misma aula, ya que esto podría ponerles en situaciones comprometidas con sus compañeros. Por eso, si surge un conflicto, sería recomendable que los alumnos tuviesen que acudir a otro alumno que pudiese ver la situación con más perspectiva y sin estar ligado emocionalmente a los estudiantes implicados. 


Comentarios

  1. Me parece interesante la forma de plantear cómo debería ser el alumno moderador, coincido en lo que opinas porque en muchos casos es cierto que se podría entender al alumno moderador como el "chivato" o el "preferido de los profes". A pesar de esto es difícil plantear este caso sin que surja un conflicto dentro de la clase.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, claro. Ante estas situaciones tenemos que andar con pies de plomo... Viendo estos casos nos damos cuenta de lo difícil que es a veces ponernos delante de una clase... ¡Muchas gracias por tu comentario! :)

      Eliminar

Publicar un comentario