Abierto hasta el amanecer

No, no estamos hablando de una discoteca, sino de los colegios e institutos. ¿De verdad se necesita un horario para aprender? De nueve de la mañana a dos de la tarde soy como una esponja absorbiendo conocimientos, pero a las cinco ya es otra historia... ¡Pues no! Aunque los alumnos tengan que acudir al centro unas horas determinadas de manera obligatoria, estaría bien que pudiesen seguir aprendiendo fuera del horario lectivo.



 ¿Pero cómo va a estar el centro abierto de la mañana a la noche? Pobres niños, todo el día ahí encerrados estudiando. Pues también es verdad, pero es que no hace falta que los niños estén sentados en una mesa, iluminada con la triste luz del flexo, hincando los codos. ¿No hay otras formas de aprender que sean más útiles y que conformen actividades que podrían llevarse a cabo fuera del aula?

Esta es la idea que hemos propuesto en nuestro grupo de trabajo: crear escuelas que se asemejen a centros cívicos donde se lleven a cabo todo tipo de actividades que favorezcan nuevas habilidades en los alumnos. De esta forma, no solo se conseguirá que los niños estén más entretenidos y aprendan mejor los conceptos del examen, sino que además, les haremos más competentes a la hora de incorporarse a la sociedad; ya que las actividades fomentarán habilidades sociales como el trabajo en grupo o la creatividad.

Teniendo esto claro, nos podemos preguntar ahoa cuál va a ser el nuevo papel del profesor en este ámbito. El docente será el vínculo que unirá a los alumnos con las familias, con el centro y con este tipo de actividades. Será la figura guía de la que ya hemos hablado en entradas anteriores.

Por supuesto, aunque esta idea parezca bastante utópica, podría llevarse a cabo para proponer un modelo de enseñanza que sirva a todos los alumnos, porque aunque hasta ahora los libros y el estudio nos han ido bien, ¿por qué no nos centramos en otros aspectos que nos pueden ayudar como personas? En fin... que seguro que hay formas más dinámicas de enseñar física...


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